En este artículo te voy a contar qué es el miedo, cómo se origina y qué reacciones tenemos cuando lo sufrimos. Finalmente te voy qué relación tiene con la ansiedad y como hacerle frente. Sigue leyendo si quieres saber todas esas respuestas:

El miedo es el  estado emocional que surge en respuesta de la consciencia ante una situación de eventual peligro. El miedo puede ser desencadenado por una idea en relación a algo desagradable, real o imaginario.

El miedo se manifiesta de muchas maneras pero se somatiza especialmente en la boca del estómago, la garganta, el pecho, las lumbares, en la falta de aire, el vértigo y la contracción muscular generalizada. Es una tensión corporal general. El mecanismo que desata el miedo se encuentra, tanto en personas como en animales, en el cerebro, concretamente en el cerebro reptiliano, que se encarga de regular acciones esenciales para la supervivencia como comer y respirar, y en el sistema límbico, que es el encargado de regular las emociones, la lucha, la huida, la evitación del dolor y en general todas las funciones de conservación del individuo y de la especie. Este sistema revisa de manera constante (incluso durante el sueño) toda la información que se recibe a través de los sentidos, y lo hace mediante la estructura llamada amígdala cerebral, que controla las emociones básicas, como el miedo y el afecto, y se encarga de localizar la fuente del peligro. Cuando la amígdala se activa, se desencadena la sensación de miedo y ansiedad, y su respuesta puede ser la huida, el enfrentamiento o la paralización. Es interesante señalar que el miedo al daño físico provoca la misma reacción que el temor a un dolor psicológico.

El miedo produce cambios fisiológicos inmediatos: se incrementa el metabolismo celular, aumenta la presión arterial, la glucosa en sangre y la actividad cerebral, así como la coagulación sanguínea. El sistema inmunitario se detiene (al igual que toda función no esencial), la sangre fluye a los músculos mayores (especialmente a las extremidades inferiores, en preparación para la huida) y el corazón bombea sangre a gran velocidad para llevar hormonas a las células (especialmente adrenalina). También se producen importantes modificaciones faciales: agrandamiento de los ojos para mejorar la visión, dilatación de las pupilas para facilitar la admisión de luz, la frente se arruga y los labios se estiran horizontalmente.

Como el sistema límbico fija su atención en el objeto amenazante, los lóbulos frontales (encargados de cambiar la atención consciente de una cosa a otra) se desactivan parcialmente. Durante un ataque de pánico la atención consciente queda fijada en el peligro, y si los síntomas fisiológicos como el ritmo cardíaco o la presión sanguínea son interpretados por el sujeto como una confirmación de la realidad de la amenaza se produce una retroalimentación del miedo, que impide una ponderación del auténtico riesgo. Esto sucede, especialmente, en el caso de las fobias: la atención del fóbico es incapaz de prestar atención a otra cosa y magnifica el peligro ante la incomprensión de los presentes.

El miedo es una de las tres patas en las que se sustenta la ansiedad. Cuando pierdo la sensación de control de mi vida, de la situación, de lo planeado, suele surgir la sensación de miedo. Miedo a lo desconocido, a lo no planeado, a salirse del guion, al no saber…

La mejor forma de gestionarlo es como con la autoestima: actuando. Debemos enfrentarnos a él. Cuando más lo hagamos, menos miedos tendremos. Es importante hacerlo de forma gradual, de menos a más. No sólo para ganar confianza, sino para ir ganando las herramientas correctas. No podemos empezar un videojuego con el malo final. Tenemos que ir aumentando la dificultad, pues habremos ido ganando herramientas poco a poco.

Hay miedos que tienen una difícil gestión para enfrentarnos a ellos, de ahí la importancia de la Realidad Virtual. Si no lo has probado ya, te animo a que lo hagas.

El miedo da para mucho, pues podría seguir  hablando del miedo como constructo social y cultural o hablar del miedo en el arte y su representación. Incluso el uso del miedo en la religión. Es un tema que personalmente me fascina. Si estás interesada en este tema, no dudes en hacérmelo saber para seguir contándote más. ¡Feliz semana!